★★★☆☆ 6,5/10 Reino Unido 140 minutos
TÍTULO ORIGINAL: the substance
DIRECCIÓN: Coralie Fargeat
INTÉRPRETES: Demi Moore, Margaret Qualley, Dennis Quaid, Gore Abrams, Tom Morton, Tiffany Hofstetter, Joseph Balderrama, Oscar Lesage
GUIONISTA: Coralie Fargeat
FOTOGRAFÍA: Benjamin Kracun
MÚSICA: Raffertie
Opina @gandolcine Crítica
Nota: 6,5/10
"The Substance" (2024), dirigida por la francesa Coralie Fargeat, es una obra que explora las inquietudes y obsesiones contemporáneas sobre la perfección y la superficialidad en la vida moderna. La película propone una premisa interesante y provocadora: la posibilidad de crear una versión mejorada de uno mismo, una idea que no solo toca temas de identidad, sino también de los límites de la ética y el egoísmo en una sociedad hiperconectada y obsesionada con la imagen. Sin embargo, aunque la película cuenta con algunos aspectos destacados y un enfoque estilístico atrevido, se queda corta en otros elementos, lo que resulta en una experiencia irregular que le impide alcanzar el nivel de obra maestra que promete su intrigante concepto.
La idea central de The Substance es sin duda original y estimulante. En un futuro cercano, una misteriosa sustancia permite crear una versión mejorada de uno mismo, más joven, atractiva y aparentemente perfecta. La única regla es compartir el tiempo entre el "original" y el "mejorado", un esquema que parece simple, pero que rápidamente deriva en un caos psicológico y existencial. La película plantea preguntas sobre la identidad, la autonomía y lo que significa realmente ser "uno mismo". ¿Es la perfección un ideal alcanzable o, como sugiere Fargeat, un espejismo peligroso que puede devorarnos?
Fargeat, quien ya mostró su capacidad para trabajar con el género en Revenge (2017), vuelve a demostrar su habilidad para crear tensión y atmósfera. La premisa tiene reminiscencias del cine de ciencia ficción filosófica, con ecos de The Fly (1986) de David Cronenberg. Esta comparación no es accidental, ya que The Substance comparte con la obra de Cronenberg el interés en los temas de transformación corporal y los horrores asociados a la pérdida del control sobre el propio cuerpo.
A pesar de su premisa intrigante, The Substance lucha por mantener el equilibrio entre su reflexión filosófica y su desarrollo narrativo. La película se extiende a lo largo de 140 minutos, lo que le da tiempo para profundizar en los dilemas emocionales y existenciales de los personajes, pero a veces ese tiempo se siente excesivo. La primera parte de la película es especialmente lenta, con una exposición prolongada que bien podría haber sido más concisa. El metraje se alarga innecesariamente, y aunque Fargeat intenta construir un sentido de malestar y tensión gradual, hay momentos en los que la trama parece estancarse.
La película realmente comienza a despegar en su segundo acto, cuando las tensiones entre los dos "yo" se intensifican, y las consecuencias de la duplicación empiezan a desmoronarse. Es aquí donde The Substance se sumerge en un terreno más oscuro y surrealista, alcanzando momentos de puro delirio visual y narrativo. Este cambio de tono, aunque efectivo en términos de impacto visual y estilístico, puede resultar desconcertante para algunos espectadores, ya que la película pasa de ser un drama psicológico a un thriller de ciencia ficción con elementos de horror corporal.
El desenlace, aunque impactante en algunos aspectos, se siente algo forzado y alargado. Las influencias de directores como David Lynch, en particular con reminiscencias a El hombre elefante (1980), son evidentes en la escena final, donde se desata una especie de catarsis surrealista y grotesca. Sin embargo, la resolución se vuelve predecible en su afán por impactar, y deja al espectador con más preguntas que respuestas, pero no en el buen sentido.
Como se mencionó anteriormente, The Substance tiene claras influencias del cine de David Cronenberg, especialmente de su exploración de la carne y la transformación corporal. En The Fly, el deterioro físico del protagonista reflejaba su desintegración emocional y psicológica, y algo similar sucede en la película de Fargeat. Aquí, la versión "mejorada" del personaje principal comienza a adquirir una independencia perturbadora, mientras la protagonista original se enfrenta a una lucha interna que se refleja externamente en su cuerpo y su entorno.
El uso del horror corporal en The Substance es sutil al principio, pero a medida que la película avanza, se vuelve más explícito y visceral. Sin llegar al extremo del gore, Fargeat utiliza el cuerpo como un campo de batalla metafórico para representar el conflicto interno de los personajes. La transformación física no es tan grotesca como en las películas de Cronenberg, pero sí tiene un componente de incomodidad que refleja el malestar del espectador ante la idea de una identidad fragmentada.
Visualmente, la película también tiene momentos de gran belleza y estilización, con un diseño de producción que refleja el vacío de la vida moderna a través de espacios minimalistas y fríos. Las tomas amplias y simétricas refuerzan la sensación de alienación y la artificialidad de la perfección, mientras que las escenas más íntimas y claustrofóbicas subrayan la creciente desesperación de los personajes. Este contraste entre la estética impoluta y la descomposición emocional es uno de los puntos fuertes del film.
El tema central de The Substance es una crítica evidente a la superficialidad de la vida moderna, donde el culto a la perfección física y la eterna juventud se ha convertido en una obsesión insaciable. La sustancia que da origen a una versión "mejorada" del individuo es, en sí misma, una metáfora del deseo contemporáneo por alcanzar un ideal inalcanzable. Fargeat parece sugerir que esta búsqueda de perfección es, en última instancia, destructiva, tanto para la identidad individual como para las relaciones humanas.
El intercambio entre las dos versiones de uno mismo, una semana para cada "yo", plantea una reflexión sobre la fragmentación de la identidad en la era moderna, donde la presión por mantener una imagen pública perfecta a menudo entra en conflicto con las necesidades y deseos internos reales. La película muestra cómo esta tensión puede llevar a una alienación profunda, y cómo la búsqueda de perfección externa puede erosionar la esencia misma de la persona.
Sin embargo, a pesar de su interesante planteamiento, la película a veces cae en la trampa de la superficialidad que intenta criticar. Aunque The Substance hace un buen trabajo al establecer su premisa y su crítica social, no siempre logra profundizar en las implicaciones filosóficas de su tema principal. La película se conforma con sugerir ideas sin desarrollarlas completamente, y en algunos momentos, la trama se siente más interesada en el impacto visual que en explorar verdaderamente las complejidades de la identidad y la perfección.
Una de las sorpresas más agradables de The Substance es la actuación de Demi Moore, quien interpreta a una de las versiones "mejoradas" de la protagonista. Moore, cuya carrera ha sido una montaña rusa a lo largo de los años, entrega aquí una actuación matizada y llena de carisma, añadiendo una capa de profundidad al personaje que, de otro modo, podría haber sido unidimensional. Su interpretación captura tanto la atracción como el peligro de la perfección superficial, y su presencia en pantalla es magnética.
Moore logra transmitir la inquietante sensación de estar en control absoluto, mientras al mismo tiempo deja entrever un vacío emocional que subyace bajo la superficie de su apariencia impecable. Su actuación es uno de los elementos más fuertes de la película, y su capacidad para interpretar a un personaje tan ambiguo y complejo es un recordatorio de su talento, a menudo subestimado en la industria. Margaret Qualley también hace un gran trabajo.
The Substance ganó el premio a "Mejor Guion" en la 77ª edición del Festival Internacional de Cine de Cannes, un logro que sin duda merece reconocimiento. El guion, escrito por la propia Fargeat, presenta diálogos inteligentes y una construcción sólida de la atmósfera. No obstante, a pesar de su galardón, el guion también tiene sus deficiencias. Hay momentos en los que la trama parece predecible, especialmente en su segunda mitad, donde los conflictos entre las dos versiones de la protagonista siguen caminos que resultan familiares para quienes conocen las convenciones del cine de ciencia ficción y terror psicológico.
Además, algunos personajes secundarios no están tan bien desarrollados como deberían, lo que resta algo de profundidad a la narrativa general. Aunque el enfoque principal está en el personaje protagonista en sus dos versiones, habría sido interesante ver el desarrollo de otros personajes que pudieran haber aportado más capas a la trama.
Conclusión: una película audaz pero imperfecta
En resumen, The Substance es una película ambiciosa y estilísticamente audaz que ofrece una reflexión interesante sobre la perfección y la identidad en la vida moderna. Coralie Fargeat demuestra una vez más su habilidad para manejar el cine de género, creando una atmósfera tensa y visualmente impresionante. Sin embargo, a pesar de sus méritos, la película se ve afectada por un ritmo irregular, un metraje excesivo y una falta de profundidad en algunos de sus temas filosóficos.
Con influencias claras de directores como David Cronenberg y David Lynch, The Substance se adentra en territorios oscuros y perturbadores, explorando los horrores de la transformación física y la fragmentación de la identidad. Aunque no logra alcanzar la maestría de sus influencias, ofrece suficientes momentos de impacto visual y emocional para mantener el interés.
Con una duración de 140 minutos, The Substance podría haber sido más efectiva con un recorte en su primera y última parte, pero aun así, es una película que merece la pena ver por su originalidad y por la actuación destacada de Demi Moore. Con una calificación de 6,5/10, The Substance es una obra que, aunque imperfecta, consigue hacer reflexionar y dejar una huella, aunque no de manera tan profunda como podría haber sido.