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Exterritorial (2025) ★☆☆☆☆

★☆☆☆☆ 2/10   Alemania 2025 Duración: 1h 49m

Fecha de estreno inicial: 30 de abril de 2025
Director: Christian Zübert

Productora: Constantin Film
Géneros: Suspenso, Género de acción, Drama
Cinematografía: Matthias Pötsch
 
CRITICA: (SIN SPOILERS)
Opina @gandolcine

Netflix ha vuelto a apostar por el thriller de acción con Exterritorial (2025), una película que prometía intensidad, conspiraciones gubernamentales y acción sin tregua, pero que termina siendo un desastre narrativo de principio a fin. Dirigida por un cineasta sin experiencia en el género y con un guion nefasto, esta cinta es el ejemplo perfecto de cómo no hacer una película de acción en el siglo XXI.

La premisa, al menos sobre el papel, parecía tener potencial: una exsoldado de élite se ve forzada a actuar cuando su hijo desaparece misteriosamente dentro de un consulado estadounidense. A partir de ahí, se desencadena una espiral de violencia, secretos de Estado y persecuciones internacionales. Sin embargo, lo que podría haber sido un drama de espionaje lleno de tensión y dilemas morales se convierte en una sucesión absurda de clichés, giros previsibles y diálogos que rozan lo ridículo.

El guion de Exterritorial es, sin duda, su talón de Aquiles más evidente. Es una obra sin estructura sólida, sin profundidad psicológica y carente de cualquier intento de originalidad. La trama avanza a trompicones, apoyándose en coincidencias poco creíbles y en motivaciones de los personajes que cambian de una escena a otra sin ningún tipo de lógica.

Desde los primeros diez minutos ya sabemos exactamente cómo se desarrollará la historia. No hay sorpresas, no hay riesgos. Todo está diseñado para complacer al espectador más despistado, como si la película tuviera miedo de ofender a alguien con una pizca de complejidad narrativa. Los diálogos, por su parte, son de una pobreza alarmante: frases hechas, explicaciones forzadas, monólogos melodramáticos que no emocionan ni convencen. En más de una ocasión uno se pregunta si los guionistas eran conscientes de lo que estaban escribiendo.

Lo más insultante es que la película parece tomarse en serio a sí misma, como si estuviéramos ante una obra densa y profunda, cuando en realidad no pasa de ser un producto de consumo rápido con ínfulas de thriller político. Una contradicción que genera una constante sensación de bochorno en el espectador más mínimamente exigente.

La dirección de Exterritorial es torpe, plana y sin estilo propio. El ritmo es errático: se detiene innecesariamente en momentos irrelevantes y, cuando debería explotar en tensión o dinamismo, se desinfla con escenas mal coreografiadas o con una edición confusa. Lo que debería ser un crescendo emocional termina convirtiéndose en una sucesión de escenas desconectadas, con cortes abruptos y una fotografía sin personalidad.

La puesta en escena no ayuda. La mayoría de los escenarios son genéricos, mal iluminados, y no aportan nada a la atmósfera de la historia. No hay identidad visual, ni una construcción coherente del espacio dramático. Incluso los momentos de acción –que deberían ser el punto fuerte de la película– están rodados con una desgana que desconcierta. Algunas secuencias son rescatables, sí, pero apenas alcanzan a destacar en medio del caos técnico que domina la película.

Y si todo lo anterior no fuera suficiente, Exterritorial remata su colección de despropósitos con uno de los finales más absurdos y anticlimáticos del cine reciente.  Un intento desesperado de parecer audaz, cuando en realidad solo evidencia lo poco que los creadores entienden de narrativa cinematográfica.

Lo único que evita que la película se hunda completamente en el desastre total es su reparto, que hace lo que puede con el material que tiene entre manos. Jeanne Goursaud, conocida por su papel en Bárbaros, se entrega con energía al personaje protagonista. Su presencia física es convincente, y se nota que ha trabajado en la preparación del rol. Sin embargo, ni siquiera su esfuerzo consigue dotar de humanidad a una figura tan mal escrita y llena de contradicciones.

Lera Abova aporta algo de carisma en los pocos momentos que le permiten destacarse, aunque su personaje está construido sobre tópicos y no se le da margen de desarrollo. Y Dougray Scott, el más veterano del trío, se pasea por la película con una dignidad profesional que casi resulta conmovedora, teniendo en cuenta el sinsentido de su papel. Es una pena ver a actores con talento atrapados en una historia tan pobre.

Exterritorial no es solo una mala película: es una muestra alarmante de la pereza creativa que domina buena parte del contenido de plataformas como Netflix. Es una cinta que no apuesta por nada, que no propone nada nuevo, y que trata al espectador como si no pudiera procesar nada más allá de una línea recta de explosiones y conspiraciones simplonas.

Hay películas malas que, al menos, entretienen por lo absurdas que son. Otras que fracasan pero lo hacen intentando ser diferentes. Exterritorial, en cambio, es una obra sin alma, sin riesgo, sin pasión. Un producto vacío, mal hecho y olvidable, que ni siquiera logra destacarse entre la enorme pila de thrillers genéricos que se producen en masa cada año.

En definitiva, una película para olvidar. Salvo que uno esté interesado en ver cómo el talento de buenos actores puede ser completamente desperdiciado en un proyecto que nunca debería haber salido del papel.

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